La experiencia de siglos nos ha demostrado que el diálogo con Gibraltar es una derrota para España. Todas las negociaciones, acuerdos y cesiones en busca de una solución negociada al conflicto, únicamente han beneficiado a la colonia y siempre han culminado con un sentimiento amargo de frustración y derrota para España.


Durante décadas, la colonia británica de Gibraltar ha mantenido una meditada estrategia para conseguir sus objetivos económicos y territoriales, por medio de la negociación, acuerdos y el chantaje. Mientras, por otro lado han utilizado tácticas intimidatorias como advertencias, amenazas, insultos, acoso y agresiones para avanzar en sus objetivos. Con una mano ofrecen negociaciones, mientras con la otra apuntan con el palo, manteniendo a España en constante tensión. Esta estrategia de la zanahoria y el palo ha sido la clave de su éxito, permitiéndoles conseguir beneficios económicos y territoriales al tiempo que mantienen en una posición de aparente colaboración con España. 


El último ejemplo: Las negociaciones sobre la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. Estas negociaciones aún no habían comenzado realmente en 2017, y ya habían tropezado con una piedra en el verdadero sentido de la palabra: Gibraltar. En la colonia el voto por la permanencia en la UE alcanzó el 99% sin embargo, poco tardaron en recuperarse de esta decepción para centrarse en buscar una ventaja. Gibraltar, desde el anuncio de la puesta en marcha de la desconexión, se ha negado a colaborar con España en el Brexit, rechazando que España controle las fronteras del Peñón o participe en la gestión compartida del aeropuerto. 

A finales de 2020, Madrid y Londres alcanzaron un acuerdo-marco sobre Gibraltar antes de la entrada en vigor del Brexit, pero el enclave colonial no reconoció algunos de sus puntos, aquellos que afectaban a su "soberanía". Y hoy sigue sin un tratado que regule su situación tras la salida del espacio Schengen. Gibraltar además, no duda en utilizar a los trabajadores "transfronterizos" como baza a su favor para lograr inclinar de su lado las negociaciones y logar un acuerdo beneficioso.


No se puede culpar a los colonos de hacer bien su trabajo, lo lamentable es el papelón de nuestros representantes. Este juego de trileros no habría tenido éxito, sin una contraparte en la mesa de negociaciones. El papel lamentable de los políticos irresponsables en este lado de la verja, se han empeñado en ceder al chantaje de la colonia, en sus palabras para "tender puentes de entendimiento". La experiencia y los hechos han demostrado que dialogar con Gibraltar es una derrota para España.   


Gibraltar se ha convertido en un hueso duro de roer para España, y las cesiones que el gobierno español ha hecho a la colonia en el pasado podrían estar llegando a un punto de no retorno. El gobierno gibraltareño no está interesado en llegar a un acuerdo de soberanía compartida, según denuncian fuentes cercanas a las negociaciones, lo que convierte cualquier concesión española en un retroceso para los intereses nacionales.


En lugar de eso, el gobierno de Gibraltar busca el reconocimiento internacional de la colonia como una nación autónoma, con relaciones directas con Europa y una influencia económica y política sólida sobre la zona. De hecho, Gibraltar ya actúa como un estado autónomo en términos políticos y administrativos, y su defensa está en manos del Reino Unido.


A lo largo de los años, España ha cedido en múltiples ocasiones para permitir que la colonia tenga acceso a suministros básicos, pero esa generosidad no ha sido correspondida. Según fuentes, el gobierno de Gibraltar ha mantenido una estrategia del palo y la zanahoria para conseguir sus objetivos económicos y territoriales, utilizando amenazas, insultos y agresiones junto con acuerdos y reuniones con las autoridades españolas. Deberíamos haber aprendido que el diálogo con Gibraltar es una derrota para España, pero parece que nuestros políticos tienen poca memoria o demasiados intereses en la colonia


Si negociamos con la colonia, estaremos actuando en nuestra contra, como ha ocurrido históricamente. Los británicos han aprovechado todas nuestras cesiones y han actuado deslealmente en el diálogo. Un ejemplo es la constante expansión territorial de Gibraltar desde 1713, a costa de nuestra propia soberanía, que siempre ha partido de una cesión española. España ha querido mantener una buena relación con la colonia para llegar a un acuerdo de entrega de devolución de la soberanía, lo que es poco probable. Buscando por medio de la diplomacia del entreguismo, tender puentes para resolver el contencioso. Pero esta es una estrategia pueril y poco realista.  A pesar de ello, mantenemos la esperanza de que el diálogo pueda solucionar el conflicto, pero con este gobierno o con el que venga después, es imposible dialogar como la historia nos ha demostrado.


El diálogo con Gibraltar es una derrota: Cesiones Historicas

Miremos el caso de las ampliaciones de territorio. Como gracias a una astuta y descarada estrategia de ocupaciones, se han ido ampliando los dominios bajo soberanía británica. Desde los reducidos confines establecidos en el tratado, hasta los actuales que representan casi el doble y que incluyen la reclamación de aguas españolas. 


El germen de estas ampliaciones del territorio comenzaron con un acto de buena voluntad por parte de nuestro país.  España cedió el llamado campo neutral, que era de una concesión española, para instalar hospitales de campaña para atender a los enfermos de fiebre amarilla de la colonia. Este territorio se corresponde con el Istmo, lengua de tierra que une Gibraltar con La Línea de la Concepción y donde está hoy en día instalado el aeropuerto de Gibraltar 


Pues bien, aquello era territorio español. Bueno legalmente es territorio español, pero Gibraltar aprovechó las cesiones españolas para ir ocupando hasta colocar en el año 1909 la actual verja. Una verja que fue instalada de manera unilateral por las fuerzas británica y no española. A los españoles se los acusa de levantar la verja para castigar a la colonia, sin embargo fueron los británicos quién lo hicieron. Entonces, si miramos el histórico de este tema comprobamos que la primera cesión se produjo en 1810. Fue con la primera pandemia de fiebre amarilla que afecto a Gibraltar y el resto del campo. 


Al tratarse de una enclave sin salida al mar ni a tierra, Gibraltar fue especialmente golpeado por esta terrible epidemia. Miles de ciudadanos del Peñón son evacuados de la ciudad de Gibraltar a un campamento de refugiados que el Gobierno español permite que se instale en ese campo neutral para atender a los heridos a los enfermos y de esa manera evitar que la peste se expanda por todo el peñón por toda la colonia. 


Pues bien ese fue el primero de los campamentos pero le sucedieron cuatro campamentos más, hasta el último del año 1828. Aunque el último de estos campamentos se organizaría en 1854. En esos campamentos, se atiende la población civil de Gibraltar y a la población militar. A los militares británicos que están asentados en Gibraltar y España cede no solamente medicamentos sino que el Rey en ese momento Fernando VII, organiza una colecta nacional para proveer de alimentos y recursos a los refugiados de la colonia. Se construyen lavaderos, letrinas, duchas. Incluso casetas cerca de la playa para mejorar la salubridad del campamento. 


Pues bien toda esta generosidad, todos esos recursos volcado en la ayuda humanitaria por parte de España recibe una amarga gratitud por parte de los británicos. Cuando el gobierno español da por terminada la pandemia y ordena levantar el campamento, los británicos se niegan y toman el control. A partir de esta decisión, aquel territorio es británico. En 1854 los militares no sólo no levantan las tiendas de campaña, sino que deciden establecer ahí la frontera británica con el Reino de España y ocupar de manera unilateral todo lo que había sido hasta entonces los campamentos de refugiados. Así es como actúa el Reino Unido y así es como se aprovechan de nuestra generosidad


Durante más de dos siglos, España ha permitido a la colonia de Gibraltar el acceso a las aguas españolas para el suministro de alimentos, medicamentos y otros bienes, en virtud del compromiso del rey español en el Tratado de Utrech de permitir la subsistencia de la colonia. Sin embargo, España no tenía obligación alguna de esta concesión, siendo la única autoridad sobre las aguas, por lo que esta concesión es un acto de generosidad hacia la colonia. 


A pesar de ello, los británicos han decidido ocupar las aguas territoriales españolas en respuesta a esta generosidad, y proclamar que estas pertenecen al Reino Unido en virtud del derecho y la Convención de aguas internacionales, saltándose así el Tratado de Utrech, que les niega cualquier autoridad sobre las aguas españolas. Los británicos son astutos y saben que el derecho internacional está de su lado, ya que cualquier territorio con soberanía de un Estado tiene derecho a acceder a aguas. Sin embargo, la trampa aquí es que Gibraltar no es un territorio soberano reconocido internacionalmente, sino una colonia declarada como tal por las Naciones Unidas. Por esta razón no puede reclamar aguas propias que no sean las exclusivas del puerto viejo.


Entonces, en defensa de su supuesto derecho, los gibraltareños dicen que "si los españoles nos dejan a nosotros tener patrulleras y transitar con nuestros buques de guerra, ejercer actividades comerciales o prestar servicios de bunkering o de limpieza de barcos en aguas que teóricamente son españolas, quiere decir que los españoles reconocen que esas aguas nos pertenecen a nosotros los gibraltareños". Interpretan la falta de respuesta de España, su tibieza, como un reconocimiento de autoridad a los colonos sobre nuestras aguas. Parece absurdo, pero en su mente colonialista, tiene todo el sentido. La ocupación por la fuerza se convierte en una derecho


Es justamente en esa ocupación continuada en la que ellos se basan para reclamar la legitimidad de su soberanía sobre aguas que claramente son españolas. El derecho del más fuerte, nada más que esto, es lo que está de su lado porque los españoles no defendemos con fuerza suficiente,, nuestras aguas.   


Entonces, desde el punto de vista de la colonia ¿Cuál tiene que ser nuestra respuesta? ¿Qué esperan los colonos que hagamos que de bombardeemos su puerto? ¿Qué nos liemos a cañonazos con las patrulleras de la Royal Navy? Saben que eso no es realista, y se aprovechan.  Aquí el tema recuerda mucho a la parábola del mal vecino. Cuando te toca un vecino cabrón, un vecino abusón, irrespetuoso, un vecino que no conserva el más mínimo trato o consideración hacia el que tiene enfrente, tienes pocas opciones. Imagina ese vecino que ocupa tu jardín, te roba, te tira la basura, te escupe, entra en tu cocina cuando no estás y encima habla mal de ti en el barrio, ¿Qué puedes hacer?. Cuando ya has intentado hablar con él, llegar a una solución educada, lo has enunciado, pero llega un momento en que tienes una sola opción y es marcharte o recurrir a la violencia. 


Sin embargo esta puede ser la peor de las soluciones, y quizás es lo que pretende el vecino insoportable. Eso puede acabar contigo en la cárcel o puede acabar con que él se dé la vuelta y te clave un cuchillo y te mate. En ese juego de barriobajeros es en el que juegan los colonos porque su estatus es ilegal, como ellos se saben ilegales recurren a todas las triquiñuelas y ardides a su disposición. Cualquier recurso legal o ilegal que les de una ventaja la van a usar, y esto incluye la mentira y la traición. No les importa perder porque no tienen nada más que ganar, total, no son otra cosa que ocupas acostumbrados a vivir en tierra robada. Están de manera ilegal pero saben que cuentan con la defensa del ejército británico y se aprovechan. Los españoles, por no entrar en un conflicto militar, estamos cediendo y cediendo pero va a llegar un momento en que tengamos que dejar de ceder y estar dispuestos a poner pies en pared, para defender nuestra dignidad como país y nuestra soberanía como nación

Carmen Ward atiende a los periodistas con Francisco Romo detrás. / ARCHIVO: HIJAS DE MIGUEL ÁNGEL DEL ÁGUILA

Sigamos con el repaso de cesiones que España ha concedido a la colonia. El 15 de diciembre de 1982, el nuevo presidente del Gobierno, socialista Felipe Gonzalez da la orden de abrir la verja 12 años después de que en 1969 se tomase la decisión de su cierre. A partir de su apertura quedan reestablecidas las comunicaciones entre ambos lados de la "frontera". Los colonos se apresuran a entrar en España y regresa el tránsito entre los dos territorios.


El gobierno británico, tras esos 12 años de cierre, ha aprendido una valiosa lección, y da la orden de convertir a Gibraltar en un paraíso financiero que garantice su autosuficiencia económica. Pensemos que Gibraltar, a finales de los 70 estaba en la quiebra mas absoluta. Había una situación de precariedad y hambre. La colonia se había convertido en uno de los territorios más subdesarrollados de Europa con una pobreza galopante y un PIB que no era ni la mitad del británico. Por entonces el gobierno británico se había planteado en el año 78 firmar la entrega de Gibraltar porque su administración en aquellas condiciones era insostenible para la corona. 


Con el cierre de la valla unilateral por parte de Francisco Franco se habían conseguido grandes avances en la descolonización, por más que ahora digan los colonos lo que quieran. La realidad fue la que fue. Por eso odian tanto aquel periodo y por eso su caballo de batalla ha sido evitar otro cierre de la verja que podría suponer un golpe mortal a la economía de la colonia. Por eso las autoridades de la colonia han establecido acuerdos con alcaldes de los municipios del campo de Gibraltar y por eso han organizado un sindicato de trabajadores transfronterizos, para que presionen a favor de mantener la verja abierta. 


Con la llegada del Partido Socialista al gobierno de la mano del ínclito Felipe González, Gibraltar vio abiertas las puertas, literalmente, para hacerse amo y señor del campo de Gibraltar. Extendiendo sus tentáculos a toda la comarca y tocando todos los mecanismos legales e ilegales para generar dividendos. Aquel periodo de concesiones, demostró que el diálogo con Gibraltar es una derrota para España


Emprendió un camino que fue el de convertirse en un paraíso fiscal, un casino, un centro de blanqueo de capitales y en un refugio para el dinero negro de origen criminal. Recurriendo a los negocios más oscuros que en cualquier país estarían prohibidos, pasó de ser un territorio pobre a uno de los más ricos del mundo. La colonia al estar al margen de la ley y con una consideración especial como territorio de ultramar británico, podía permitirse recurrir a fuentes opacas de capitalización.


La economía de Gibraltar ha sido gestionada y controlada por el Gobierno de Gibraltar desde 1973, cuando el Territorio Británico de Ultramar se unió a la Comunidad Económica Europea.. La principal fuente de ingresos de Gibraltar fue tradicionalmente el Ministerio de Defensa del Reino Unido , que invirtió mucho en infraestructura militar y salarios del personal.


Desde la apertura de la Verja en 1982, el Producto Interno Bruto (PIB) de Gibraltar ha experimentado un crecimiento notable. En 1996, los ingresos turísticos aumentaron un 25%, mientras que la cantidad de mercancías transportadas a través de la frontera se incrementó en un 33%. 


En 2018, Gibraltar tenía un PIB de 2180 millones de libras esterlinas (aproximadamente 3000 millones de dólares estadounidenses), y un PIB per cápita de £ 68,125 (aproximadamente US 93,000 euros), lo que lo convierte en uno de los más altos del mundo.


España exportó en 2018 mercancías a Gibraltar por valor de 1.585.356 millones de euros, un 64% más que el año anterior. Además, más de 15.200 trabajadores, 9.803 de ellos españoles, cruzan diariamente la puerta fronteriza para trabajar. La afluencia de personas y bienes ha ayudado a impulsar la economía tanto de Gibraltar como de España


El caso es que en menos de 25 años Gibraltar pasó a convertirse en una en uno de los territorios más ricos por renta per cápita del mundo. Por supuesto ese crecimiento económico fue en detrimento de toda la zona comercial de La Línea de la Concepción y los barriadas que hay alrededor. Estas se vieron sumidas en una auténtica crisis por la competencia desleal de este parásito financiero que ha sido desde el año 85 se reestablecieron los tratos comerciales con la colonia de Gibraltar. En 2013, casi una cuarta parte (24,4%) del PIB del Campo de Gibraltar se atribuyó a la economía gibraltareña 


Otro de los ejemplos de cesiones absolutamente inauditas fue los llamados acuerdos de Córdoba. El Acuerdo de Córdoba fue un acuerdo entre los Gobiernos de España con Miguel Ángel Moratinos Ministro de Exteriores a la cabeza, Reino Unido y Gibraltar para establecer un foro tripartito de cooperación. Estos acuerdos fueron firmados el 18 de septiembre de 2006 y se cumplió un año desde que se anunciara la Declaración de Córdoba. Esta fue otra de las bajadas de pantalones del Partido Socialista con el señor Moratinos a la cabeza convocó a su Par el titular británico para Europa, Geoffrey Hoon y al ministro principal de Gibraltar en igualdad de condiciones como si estuviera negociando con dos estados. Este acuerdo era un reconocimiento de facto (nuevamente) de la autonomía de la colonia como territorio soberano. 

El diálogo con Gibraltar una derrota para España

España cedía el aumento de las líneas telefónicas, se comprometía a la mejora en el tránsito de personas y mercancías a través de la Verja entre otras cesiones. En cambio no lograba su objetivo del control compartido del aeropuerto, algo a los que la colonia siempre se ha negado pese a estar construido en suelo español. 


España no consiguió nada importante, nada más que una palmadita en el lomo en forma de carta en la cual el ministro principal de la Roca, en ese momento Peter Caruana, reconocía los esfuerzos de España por llegar a un acuerdo. Claro, a cambio habíamos entregado la dignidad de los españoles. Otra vez se demostraba, por si quedaban dudas, que el diálogo con Gibraltar es una derrota para España.


Poco duraría esta luna de miel. Años después los colonos utilizan aquellos acuerdos infames, para echarnos en cara que somos nosotros los que no hemos respetado lo firmado. Con los llanitos, dialogar es empantanarse en arenas movedizas, viscosas y profundas de las cuales los españoles siempre salimos perdiendo, no olvidemos que si algo hay en Gibraltar son buenos abogados. 


Es decir estos sencillos ejemplos sirven para definir claramente a quién tenemos enfrente. Enfrente no tenemos a una nación democrática tolerante respetuosa. No tenemos a una nación civilizada, sino el vestigio anacrónico del rancio colonialismo británico. Lo que tenemos enfrente es una colonia rapaz, dirigida por una élite de codiciosos banqueros y abogados que piensan obsesivamente las 24 horas del día, los 365 días del año, en acumular capital y territorio a costa de la dignidad de España y del futuro de los españoles. 


Una colonia de Trileros acostumbrados a mentir siempre

Una colonia que desde hace décadas , obtiene pingues beneficios sin necesidad de pegar un solo tiro a través de la trampa de la ley, de las amenazas, las provocaciones y a través de manipular la buena fe de los españoles. También aprovechándose de la ambición corrupta de políticos españoles, o manipulando el deseo noble, y bastante ingenuo, por parte de muchos de los nuestros por llegar a una integración de ambos territorios de manera pacífica. 


Los colonos solo saben mentir, su misma condición jurídica es la de ocupantes ilegales de un territorio, en este contexto, el diálogo con Gibraltar es una derrota para España. Son piratas, y como piratas solo saben mentir y engañar constantemente para sobrevivir un año más. Llevan haciendo eso tres siglos y son maestros en esta estrategia de ratas. Bueno, todo el mérito no es suyo, también cuentan con unas autoridades y unos gobernantes españoles, que son verdaderos imbéciles, pues han ido cediendo constantemente en todas las reclamaciones y avances que han hecho los colonos. La cobardía no es una buena compañía cuando nos jugamos el patrimonio de todos los españoles.


La última de estas cesiones la hemos vivido con el tema del brexit hemos visto como España ha perdido una ocasión de oro para recuperar su influencia sobre el territorio ocupado. El gobierno de Sánchez, con absoluta indiferencia por nuestra soberanía, a dejado correr el turno en las negociaciones, situando la pelota en el tejado de las autoridades británicas y del consejo europeo. 

La exministra de Exteriores González Laya en sus negociaciones con el representante principal de la Colonia Fabian Picardo

Se ha considerado que la colonia tenía derecho a participar en las negociaciones por el cierre de la frontera tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea. No hemos logrado sacar nada, y la colonia ha mantenido su derecho de paso en el espacio Schengen, en buena parte por culpa del chantaje de los trabajadores transfronterizos, que han presionado a favor de la colonia.  ¿Cómo ha devuelto el favor Gibraltar? cómo siempre, con insultos y bravuconadas. 


Según los negociadores de la colonia, España no tiene derechos sobre la frontera. No tiene competencias para decidir sobre este asunto ni sobre la cosoberanía del aeropuerto. Picardo también ha dejado claro que Gibraltar y Reino Unido no han cedido soberanía, jurisdicción o control sobre el territorio. Cree que un acuerdo entre todas las partes involucradas sería beneficioso para todos, y que cualquier acuerdo no debería implicar concesiones en temas como soberanía, jurisdicción o control. “Si llegamos a un acuerdo, como creo que haremos, será un acuerdo seguro. Y no afectará de ningún modo a nuestra soberanía, jurisdicción o control exclusivamente británicos sobre Gibraltar”


Para Picardo, estos asuntos pertenecen exclusivamente a la negociación bilateral entre Unión Europea y el Reino Unido. Picardo también ha expresado su creencia de que Gibraltar es ahora "irreversiblemente británico" en términos de su naturaleza y cultura. Por lo tanto, el gobierno de Sánchez ha dejado escapar una oportunidad histórica para recuperar la soberanía española sobre Gibraltar. La colonia seguirá siendo un desafío para la libertad y dignidad del pueblo español. 


Y es que definitivamente, los españoles de buenos somos tontos. España ha sido generosa otra vez y ha perdido una gran oportunidad de cerrar esa valla y encerrar definitivamente allá esos sinvergüenzas para que se mueran de hambre. Pero ahora tenemos más claro que nunca que el diálogo con Gibraltar es una derrota para España. Bueno, lo tenemos claro los que queremos ver la realidad y amamos España. Otros de nuestros políticos, y cuando hablo de políticos me refiero a los del Partido Socialista particularmente y ahora Podemos, junto a sindicatos, han actuado de manera mezquina y miope sin leer la historia, perjudicando nuestros intereses en favor de los de la colonia.


Este conflicto lleva tres siglos enseñándonos cuál es la verdadera cara de nuestro enemigo. Auténticas serpientes, capaces de engañarnos y de utilizar nuestras debilidades para ir robándonos territorio, agua y los calzoncillos si nos despistamos. Porque al final lo que tenemos ahí es justamente una colonia ocupada por mafiosos, Gibraltar es lo más parecido a un estado mafioso. Es la Sicilia Española. Una colonia de sinvergüenzas, ladrones, integrada por abogados, financieros y testaferros al servicio de organizaciones criminales, narcotraficantes, una colonia gobernada por militares mercenarios y por gente que está acostumbrada a vivir de la rapiña a vivir del engaño a vivir de la estafa porque es su modus operandi.


Lo que hay en Gibraltar es un gobierno de chorizos un gobierno de ratas lo que hay en Gibraltar es una organización criminal que se dedica día sí y día también al estraperlo al blanqueo de capitales a negocios turbios que representan un riego incluso medioambiental. Esta gente no tiene escrúpulos, son el capitalismo 2.0. 


El diálogo con Gibraltar es una derrota Conclusiones


Por lo tanto y para concluir, el abundante patrimonio de ejemplos históricos que tenemos los españoles con Gibraltar, nos da una buena muestra del carácter de estos colonos y de lo que podemos esperar de ellos, que es... NADA.


Lo que podemos esperar si somos generosos con ellos es que nos engañen y nos roben la cartera. Con esa experiencia tenemos que decir no a cualquier negociación con la colonia de Gibraltar. La única negociación es la que ofrezca una una salida a esta situación insostenible. Una negociación bilateral  con el gobierno británico, actual administrador colonial, para resolver de una vez definitiva lo que es un anacronismo en pleno siglo XXI, la existencia de una colonia militar en pleno territorio de la Unión Europea.


Es una vergüenza, denigrante que nos humilla a los españoles y que representa un peligro para la convivencia y para la democracia. No puede haber democracia ni libertad en una nación como España que vive en la excepcionalidad de tener ocupada una parte de su territorio.


Gibraltar sigue siendo una espina clavada en la libertad y dignidad del pueblo español. Debemos adoptar una postura firme y sin concesiones hacia la colonia. La colonia británica, que ha demostrado una y otra vez su dedicación al pillaje, al robo y al engaño, representa un desafío constante para nuestro país.


España debe ser positivamente contundente y rechazar cualquier cesión o trato con la colon, si fuera necesario incluso, recurrir al cierre de la verja. Esta verja construida sobre territorio español, no lo olvidemos, para dividir nuestra tierra. Lo que tenemos enfrente es un enemigo astuto que recurrirá a todo tipo de tretas y trampas, para mantener sus privilegios. Frente a nosotros, se alza un enemigo astuto, una serpiente que no dejará de buscar las trampas necesarias para seguir ganando terreno a costa de nuestro patrimonio.


En resumen, el diálogo con Gibraltar es una derrota para España. Las cesiones españolas a Gibraltar están siendo utilizadas en nuestra contra, y el gobierno español deberá replantear su estrategia si desea alcanzar un acuerdo satisfactorio para nuestros intereses en el futuro. Con Gibraltar ni una cesión más. La razón y la verdad están de nuestro lado y tenemos que recuperar lo que es nuestro. La única negociación aceptable para España, es aquella que ponga punto y final a esta pesadilla que dura ya 300 años, con la descolonización de Gibraltar. 


Es momento de poner pie en pared y decir ¡basta ya! Basta de robos, violencia, provocaciones y de ser pisoteados. España ha sido buena y, como buenos, hemos sido tontos. Ahora es el momento de actuar con decisión y firmeza, para proteger nuestros intereses y nuestra soberanía.

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Conflicto Territorial