Gibraltar supone una humillación para la dignidad del pueblo español

Colonos ultranacionalistas desfilan por las calles de Gibraltar con una pancarta llena de bravuconadas contra los españoles. "Hola España, ¡Toma nota que Gibraltar nunca será español! Los gibraltareños tenemos la llave de nuestro futuro Punto final PD: nunca nos rendiremos"

¿Por qué ignorar una afrenta como esta y miles más contra nuestra dignidad como pueblo? Muchos españoles, quizás por desconocimiento o desinterés, creen que el tema de Gibraltar es cosa del pasado. Sin embargo, este pensamiento es peligrosamente erróneo. A esta actitud sin duda han contribuido las campañas de silencio de nuestros gobiernos, Pp y PSOE y de los medios de comunicación complacientes con la colonia. Pero la realidad es que reclamar la descolonización de Gibraltar ya no se trata solo de motivos económicos, territoriales o medioambientales se trata de dignidad. 


Es un asunto de dignidad y soberanía, un recordatorio de que somos un pueblo que no tolera ser humillado ni subyugado. ¿Acaso permitiríamos que cualquier otro país o territorio se apoderara de una parte de nuestro territorio y lo gobernara a su antojo? Entonces, ¿por qué deberíamos aceptar esta situación con Gibraltar? Nuestra lucha por recuperar lo que es nuestro no es solo una cuestión legal, es una cuestión de dignidad y de afirmar nuestra identidad como nación. No podemos permitir que una colonia extranjera siga desafiando nuestra soberanía y amenazando nuestra seguridad y economía. Es hora de alzar nuestra voz y reclamar lo que es justo y digno para nuestro pueblo.


Y es que, Gibraltar supone una humillación para la dignidad del pueblo español. La presencia de una colonia extranjera en medio de nuestra tierra, es un estigma  vergonzoso. La colonia es una forma de control social, político, económico y jurídico, que se utiliza para restringir la libertad de movimiento de una persona o pueblo. Esto viola la autonomía de los individuos y, como tal, es vista como una forma de humillación. Esto se debe a que los individuos en una colonia no tienen el control total sobre sus vidas ni de su territorio, sino que sus acciones están sujetas a la vigilancia y el control de las autoridades que ocupan la colonia. Esto puede llevar a la degradación de la autoestima de la persona y de la nación sometida, lo cual es contrario a los principios de la ética.


En palabras de un gran hombres: "El colonialismo es una forma de opresión que debe ser erradicada en todas sus formas, para que la libertad, la justicia y la igualdad puedan triunfar en nuestro mundo". - Nelson Mandela


Cuando hablamos de dignidad hablamos de respeto. Del respeto que uno se tiene a sí mismo y que los demás le tienen a uno. Esta relación es en dos direcciones y también se manifiesta en la diplomacia que es la relación entre las naciones. Cuando esa relación de respeto no existe, cuando la desconsideración, las ofensas y el abuso sustituyen al respeto y el trato educado, se produce una injusticia. La esclavitud representaría la forma más perversa de humillación y maltrato entre individuos. Entre naciones lo sería el colonialismo, cuando una nación queda dominada por otra. Pues bien España hoy es una nación colonizada por Reino Unido.


¿Por qué se produce la humillación? La respuesta es sencilla: por una simple cuestión de poder. Para entenderlo mejor, piensa en un amo que maltrata a su esclavo mediante azotes y castigos. Lo que está haciendo, en realidad, es mostrar su poder y dominio sobre esa persona. Lo mismo sucede con la sumisión de España al Reino Unido en el caso de Gibraltar. Cuando las autoridades de la colonia británica humillan a España, como alardear de su poder naval en nuestras costas, atacar a nuestros pescadores con sus patrulleras, arrojar su basura en nuestras aguas o dedicar insultos y vejaciones al pueblo español, lo que hacen es manifestar ese poder. Por ejemplo, durante la pandemia de COVID-19, las autoridades de Gibraltar exigieron a España que permitiera el acceso de los trabajadores transfronterizos a pesar del riesgo de contagio, mostrando una actitud de poder y menosprecio hacia la salud de nuestros compatriotas.


El respeto a uno mismo es importante, porque el respeto te genera amor propio, confianza, seguridad, te da una sensación positiva de que eres capaz de afrontar los problemas que te surjan en la vida. No hay problema grande para un hombre o mujer lleno de confianza y autoestima. Sin embargo, cuando no tienes respeto por ti mismo ni los demás te respetan, es muy difícil afrontar los obstáculos de nuestro día a día. Resulta mucho más difícil avanzar como persona o alcanzar nuestros objetivos en la vida. La inseguridad es la madre del fracaso y de la frustración. Un individuo sin confianza, con una mala imagen de si mismo, termina por ser alguien amargado, débil y con una necesidad de complacer y obedecer a otros a los que percibe como fuertes y seguros. El mundo está lleno de esta clase de nulidades.


Sucede algo parecido cuando hablamos de los pueblos y las naciones. Un pueblo que no tiene confianza en sí mismo es un pueblo derrotado, sin convicción, deprimido y pesimista. Esta nación carece de futuro. Una nación que no confía en ella misma, en su historia, que no tiene una buena imagen de sus logros, es una nación que está condenada a servir a otras. 


Por eso es importante abordar el respeto hacia uno mismo y de los demás hace lo mismo desde que somos pequeños, como una condición necesaria para el desarrollo saludable de una personalidad plena. Hay varias causas que te pueden hacer perder el respeto y la autoconfianza, una de ellas es la imagen que tú mismo tienes de ti. Hay mucho debate sobre este tema, que fue primero el huevo o la gallina, pero todos los psicólogos estamos de acuerdo que el ser humano es gregario. Por lo tanto, que para formarte una autoimagen positiva, necesitas recibir el reconocimiento y la consideración de los que te rodean. 


Si los que tienes alrededor te infravaloran, hacen comentarios hirientes cada vez que hablas, te hacen sentir un estúpido o un incompetente, poco a poco desarrollarás un complejo de inferioridad. Esto se ve con niños que tienen padres muy autoritarios, nada de lo que hacen sus hijos está bien y el pequeño crece con un sentimiento de inferioridad que los lleva al fracaso y la depresión en l adolescencia. Ese complejo de inferioridad, se manifestará en una falta de amor propio, te vuelves débil, inseguro, reservado, tímido y pasivo a la hora de defender tus derechos e intereses. Hasta aquí se entiende fácil la importancia del respeto propio y mutuo. 


Pues bien y siguiendo con el paralelismo entre individuo y nación, que es un individuo colectivo, todas esta psicología es aplicable también a los Estados, territorios y a los pueblos. Fijémonos en los pueblos más seguros de sí mismos, son los que conquistan el mundo. Los pueblos más seguros de sí mismos son los que mejor trabajan, los que más eficientes son, estos grupos han escrito las páginas de la historia. Y cómo consigue una nación ser orgullosa y fuerte, con unos ciudadanos que sientan el orgullo de formar parte de esa nación. Esto es el patriotismo bien entendido. Un sentimiento positivo, que fortalece el carácter de un pueblo y le hace mirar el futuro con optimismo.


Un pueblo como el norteamericano, está lleno de convicción y autoconfianza gracias a sus logros, a la percepción que sus ciudadanos tienen de su poder y del respeto que otras naciones le muestran. Una nación como China que fue humillada y colonizada por los británicos durante 100 años, fue capaz de recuperar su orgullo y levantar un imperio que hoy podría barrer del mapa al que antaño fue el matón que la humilló. En cambio, una nación deprimida y pobre como Haití, no tiene fuerzas para salir del barro en el que lleva hundida más de 200 años. Esto son solo tres muestras del importante papel que juega el amor propio y el orgullo entre naciones. 


Gibraltar los gibraltareños son una comunidad profundamente orgullosa y nacionalista, se sienten por encima de todo, herederos del imperio Británico. A si mismos se ven como un pueblo mejor que el español, más democrático, libre, moderno y prospero. Nos miran por encima del hombro y acostumbran a menospreciarnos de manera desconsiderada. Saben cual es su posición de fuerza. Saben que ocupan una colonia, una colonia que es una humillación permanente para el pueblo español. Como en la relación del amo con el esclavo, es una manera de recordarnos a los españoles que ellos mandan y nosotros obedecemos. 

Por poner un ejemplo si se me permite, imagina un vecino maleducado, prepotente y brabucón que decide apropiarse de parte de tu jardín. 

Eso es un ocupa, y justamente eso es un colono. Entonces, esa permanente humillación, esa sensación de tensión, de conflicto, tiene una consecuencia psicológica sobre la población que es humillada en este caso los españoles. Que hemos asumido la presencia de esa colonia casi como algo inevitable pero ese algo inevitable está repercutiendo negativamente en la imagen que los españoles tenemos de nuestra propia identidad ¿se entiende?

Si te acostumbras al abuso, si te acostumbras a tener que cederle el desayuno en el colegio al niño más fuerte; si te acostumbras a tener que callarte cuando en el trabajo a ser humillado por el graciosete de tu turno; si te acostumbras a que tu vecino se apropie de una parte de tu parking para colocar sus trastos, o ponga la música fuerte por la noche cuando le has comentado que te molesta, estarás asumiendo una personalidad de víctima. Al asumir el abuso, ves mermados tus derechos como ser humano, el respeto a tu dignidad, a tu libertad, a tu tranquilidad y descanso o a tu propiedad. Es importante tomar medidas para defender tus derechos y no permitir que el abuso se normalice en tu vida

Esa es justamente la situación que vivimos con la colonia de Gibraltar los españoles. Al igual que sucede con el abuso, muchas veces preferimos ignorar la situación porque es difícil confrontar el daño emocional que implica aceptar que estamos siendo humillados por alguien más poderoso que nosotros. En este caso, la colonia británica controlada por el Reino Unido, que constantemente nos desafía y humilla a los españoles. No pierden oportunidad de demostrarnos que ellos son más fuertes que nosotros y que pueden faltarnos al respeto siempre que lo deseen. Sin embargo, como españoles comprometidos con nuestro país, no podemos seguir ignorando esta situación. Debemos enfrentarla y reclamar nuestro derecho a la dignidad y el respeto que merecemos como nación soberana.

Lamentablemente esta aptitud cobarde de ojos que no ven corazón que no siente, la vemos en la opinión pública española. El lema "Gibraltar Español" ya casi es un meme, la gente se lo toma como algo folclórico. En los medios de comunicación no se habla de Gibraltar, ni cuando suceden desastres como el accidente del petrolero. En las periódicos en las televisiones Gibraltar se ha convertido en una especie como de fantasma, que está ahí pero no está. Y de esta forma los españoles creen que, mirando hacia otro lado, se acabó el problema. Pero no, el monstruo sigue ahí. Porque Gibraltar es la humillación permanente y es ante el mundo entero, un monumento levantado por el Reino Unido para decirle al resto de naciones, que a España la tiene de rodillas y eso es un hecho absolutamente irrefutable

No se trata de simplemente una colonia donde viven ciudadanos pacíficos en sus quehaceres diarios, se trata de la manifestación palpable de la fuerza de un país sobre otro eso es una colonia

Y esa demostración de fuerza, es decir, de abuso, es equiparable al abuso de un niño sobre otro, al abuso de un hombre sobre una mujer, al abuso que pueda padecer el débil a manos del fuerte. La víctima se acostumbra a ese abuso, lo interioriza, lo racionaliza y aprende a evitar las emociones que le producen pero por dentro lleva el calvario.

El abuso tiene que acabarse para que la persona pueda liberarse, para que la persona recupere su integridad, su dignidad. No hay otra forma, esa es la única forma de curar la herida que representa el abuso, romper con el abusador y poner fin a su poder. Y en el caso de Gibraltar, la descolonización de ese territorio ocupado es la única forma de devolverle la dignidad al pueblo español. Un pueblo que lleva más de tres siglos humillado injustamente, un pueblo que ha asumido esa humillación con naturalidad cuando no es en absoluto natural...

El mismo grito de Gibraltar español es un grito desesperado de un pueblo que se da cuenta de la situación humillante en la que está pero que ve como sus líderes no se preocupan. Los líderes de una nación deberían velar para evitar los abusos, tal y como haría un padre que ve como maltratan a su hijo indefenso en el colegio. En cambio nuestros líderes nos han abandonado. El Rey, que debería velar por restituir nuestra soberanía, acepta medallitas de los mismos que abusan de su pueblo.

Un pueblo acostumbrado a ver como sus políticos no se preocupan por defenderles de los abusos de la colonia, políticos que incluso firman pactos de amistad con los colonos para seguir humillándonos impunemente. Políticos "patrioteros" que convierten el grito noble de "Gibraltar Español" en un lema para su campaña, y cuando pasan las elecciones se olvidan por completo del conflicto. Un pueblo español, que comprueba con asombro, la miseria de unos medios de comunicación nacionales, entregados obscenamente a lavar las miserias y los crímenes de la colonia (recordemos las conexiones de Tela5 Antena3 en directo, o los documentales de la sexta blanqueando a los ocupas).

A ninguno de ellos les preocupa es el pueblo español, es más nos odian y desprecian. Los españoles estamos acostumbrados ya, históricamente no es la primera vez que nos dejan solos los de arriba. Somos el mismo pueblo español que sintió la herida en su propia carne, cuando los ejércitos de Francia penetraron por la frontera de los pirineos para invadir España en el 1800. El mismo pueblo heroico que se alzó en armas por su libertad contra el ejército invasor, mientras los generales y mandos del ejército español con el Rey felón a la cabeza y toda la corte de afrancesados se ponían de parte de los invasores. Este es el mismo pueblo que hoy lamenta el abandono de sus líderes en la cuestión de la descolonización, pero no pasa nada, ya estamos acostumbrados. 

Este pueblo español se ha quedado revelándose contra la humillante presencia de la colonia de Gibraltar. Que siente dolor de ver que una parte de su tierra está ocupada por extranjeros y que esos extranjeros desprecian y humillan a los españoles de las peores formas y lo hacen con el beneplácito de los partidos políticos españoles que no se movilizan para acabar de una vez con esta vergüenza.

¿Cómo perjudica la colonia de Gibraltar a España desde un punto de vista de su dignidad como nación?

Gibraltar es una afrenta a la dignidad del pueblo español, un recordatorio permanente del amo a su esclavo. Una violación de la justicia y la democracia perpetrada por una colonia de sanguijuelas que han convertido el delito en una forma de vida al servicio de un estado terrorista y criminal . Gibraltar debe volver a ser español porque nunca lo ha dejado de ser aunque hoy esté ocupado por extranjeros aunque hoy haya una colonia instalada dentro del territorio de nuestro Peñón, este tarde o temprano por justicia, se tendrá que resolver de manera definitiva esta situación total mente injusta

Os animamos a luchar con nosotros, a participar en la denuncia colectiva de nuestra plataforma. Es importante que el pueblo español no olvide ni mire hacia otro lado cuando lo que sucede en Gibraltar nos está afectando a todos. Como acabamos de comprobar y como podréis ver en esta web, el daño no se limita solo a nuestra dignidad, que es sin duda el primer aspecto que se ve afectado. Todo pueblo tiene derecho a ser respetado y a que su integridad territorial sea respetada, tal y como se reconoce en los derechos de las Naciones Unidas. Sin embargo, este respeto no está siendo reconocido ni por las autoridades británicas ni por la situación actual del Peñón.

Como he mencionado, la presencia de la colonia en Gibraltar no solo afecta nuestra dignidad como pueblo, sino que tiene impactos en otros ámbitos. Económicamente, la ocupación del Peñón por la colonia británica nos perjudica. También hay riesgos medioambientales y sanitarios asociados, así como peligros militares derivados de la constante presencia de barcos nucleares, submarinos y buques de guerra que entran y salen del puerto de Gibraltar sin tener derecho a hacerlo en nuestras aguas. Todo esto ocurre con la pasividad de los diferentes gobiernos españoles, que no han hecho nada para detener esta situación humillante.


Para concluir y resumiendo, España tiene que recuperar su dignidad dejar de ser humillada dejar de aceptar con naturalidad una situación que no es natural ni aceptable en ninguna nación del mundo desarrollado. Es momento de decir basta ya.


España no será nunca una nación completa, hasta que no recupere lo que le pertenece. Esto es, hasta que España no se reintegre territorialmente no estaremos completos como nación. Hoy una parte de nuestro territorio es una colonia bajo el poder de una potencia extranjera y habitada por colonos. Una colonia que nos avergüenza y nos avergüenza a nosotros como colectivo y a España frente al mundo. Esa colonia es Gibraltar. En pleno siglo XXI una nación democrática avanzada como España integrada en la Unión Europea, tiene que aceptar el estigma de ver como en una parte de su geografía ondea la bandera del Reino Unido. Una parte del territorio, el Peñón, donde los españoles no pueden entrar si no es enseñando un pasaporte. ¿Qué clase de nación soberana permite algo así?


Esta es nuestra piedra en el camino, mientras Gibraltar siga ocupado por la colonia británica España no se podrá considerar una nación plenamente soberana. Gibraltar supone una humillación para la dignidad del pueblo español y tenemos que ponerle fin a esta situación excepcional que ya ha durado demasiado tiempo. No podemos permitir que una colonia extranjera siga ocupando nuestro territorio pisoteando nuestra dignidad. Nuestra plataforma Gibraltar español por medio de la información y la denuncia, busca movilizar a la opinión pública. No queremos que este asunto sea una serpiente de verano, como cada año. Debemos unirnos y actuar juntos para poner fin a esta situación. Por eso, os animo a que os unáis a nosotros en esta lucha, a que participéis en nuestra plataforma y a que denunciéis junto a nosotros lo que es inaceptable. Juntos, podemos hacer que nuestra voz se escuche y lograr que este asunto sea una prioridad en la política nacional. ¡Juntos podemos recuperar la soberanía plena de nuestra nación!

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